lunes, 19 de abril de 2010

Humanizar la globalización

El progreso y el desarrollo es algo natural un proceso evolutivo, pero que estos términos sean sinónimos de positivo dependerá de en que nos basemos para avanzar.

La globalización nace de estos dos términos para definir las interconexiones entre mercados e intereses entre países.
Una demostración de la teoría de los sistemas a escala planetaria.

Vivimos en un mundo donde a todos nos afecta lo que hagan los demás y afectamos a todos con lo que hacemos nosotros mismos.

Ante este fenómeno nos surgen multitud de desafíos, uno de los más relevantes, podría ser la infinita singularidad de los sistemas del planeta y como conseguir un equilibrio global para cada individuo o habitante del mundo. Las necesidades de cada uno son tan dispares, y el ser humano tan complejo que lo que representa un desafío y una prioridad para unos, no tiene lugar en la conciencia de otros. Lo que para un individuo o un colectivo es totalmente primordial, no es siquiera algo mínimamente preocupante para otro.

Ante este fenómeno, una de las mejores opciones y oportunidades de las que disponemos para mejorar la concienciación y el equilibrio globalizado, es humanizar la globalización mediante el acercamiento personal e intercultural recíproco a nivel local, nacional e internacional. El interés mutuo por toda la singularidad que nos rodea y compartir los valores transculturales para entendernos y aprender sobre nosotros mismos.

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